martes, 30 de marzo de 2010

El peor equipo, no, el peor dirigido sí.

Recientemente Jesús Ramírez fue entrevistado por José Ramón Fernández en el programa de ESPN “Futbol Picante” y se le preguntó al entrenador ¿qué sentía de ser parte del “peor América de la historia”? a lo que Chucho respondió tajante, que ¡no era el peor América de la historia!

Tiene razón el afortunado director técnico, no es el peor América de la historia, (ese honor lo tiene el equipo que dirigió Rubén Omar Romano en el 2008) pero sí es el peor dirigido tal vez en más de 15 años, solo comparable con aquellas aberrantes versiones azulcremas de Dragoslav Sekuralack en 1990 y Paulo Roberto Falcao en 1993.

Entre ellos dos y Jesús Ramírez se encuentra el director técnico más incompetente que jamás nos haya dirigido, algo que es diferente a ser ‘el peor America de la historia’, porque a veces se ha dado que el entrenador si es competente y sabe lo que hace y donde está parado, pero el equipo estaba repleto de jugadores mediocres, como en el 2008.

No es el caso actual, sí, es verdad que en éste plantel hay varios jugadores de autentica lágrima como Israel Martínez, Juan Carlos Valenzuela, José Joaquín Martínez y otro mediocres con los que no pasa nada como Juan Carlos Silva, Fernando López, Armando Sánchez y Miguel Layún, pero en general tiene futbolistas de grandísimo nivel como el caso de Daniel Montenegro, Rosinei Adolfo, Aquivaldo Mosquera, Guillermo Ochoa y Ángel Reyna, además de grandes promesas como Tony López y Enrique Esqueda. En conclusión, son más los futbolistas destacados que lo malos en éste equipo.

Lo malo son dos cosas: primero que los jugadores de bajo nivel casi todos están en la zona defensiva y segundo el entrenador, que no tiene la menor idea de lo que hace, no sabe reaccionar en pleno juego. Siente además, pánico por perder, no sabe cómo hacer algo para retomar el paso americanista de los primeros tiempos. Es un regular director técnico, a veces muy mediocre y el América necesita uno más capacitado, con auto crítica y humilde para aceptar todo. No tiene capacidad de reacción y los rivales nos arrinconan a veces durante todo el segundo tiempo.

Tiene, además sus jugadores favoritos inexplicablemente y sus cambios son pésimos. Lo último hecho en el partido contra Puebla, al alinear a Israel ‘Jagger’ Martínez ¡otra vez de inicio! en lugar de Guillermo Cerda que había cumplido cabalmente en los últimos duelos, y sobre todo, no habían perdido ya fue el colmo. Y lógicamente, como tenía que ser, Martínez, jugador mediocre, se equivocó y el equipo volvió a perder.

Dos partidos atrás, pasó lo mismo, contra Atlante, luego contra Pachuca, en ambas ocasiones iban ganado, y acabamos empatando y si no perdimos, fue de milagro, con el rival encima, y con un América avasallado.

Jesús Ramírez no tiene la capacidad para mover sus piezas, es un entrenador conformista y defensivo, por más que diga que las Águilas tienen mucha llegada. ¿De qué sirve tener mucha llegada si al segundo tiempo te echas atrás o el rival te echa atrás y el entrenador no tiene ni idea de lo que hace o donde está parado?

Se presenta para éste domingo el Clásico de Clásicos, en el estadio Jalisco, con Aquivaldo Mosquera suspendido y con el Guadalajara en su mejor momento, con jugadores letales, rápidos e inteligentes.

La pregunta es, ¿Qué piensa hacer Jesús Ramírez para controlar y detener los ataques del chiverío?

¿Se imagina usted, amigo lector, una escena entre la figura del campeonato Javier “Chicharito” Hernández enfrentando a Juan Carlos Valenzuela o Israel Martínez?

Corremos el riesgo de una goliza histórica, y eso sería la gota que derramaría el vaso. Pero la culpa no es Jesús Ramírez sino de Michel Bauer, que es quién lo contrató y lo mantiene en su cargo, luego de tantos puntos perdidos, de tanta incompetencia del director técnico. Seguramente la clausula de recisión de contrato del entrenador debe de ser muy alta, y además éste sería ya el segundo fracaso de Bauer (lo es), luego de lo que pasó con el sinvergüenza argentino, Ramón ‘Pelado’ Díaz.

En lugar de andar apareciendo cada lunes como si fuera una estrella de Hollywood en el infame programa oficial del club llamado ‘Zona Águila’, verdadera aberración televisiva donde desde el dueño del show o sea el conductor, promotor y palero número uno del América Raúl Sarmiento, (quién ni en sueños guajiros le permite al co-conductor Fernando Jesús Torres, joven sensato y capacitado, llevar la iniciativa del programa) hasta la hermosa edecán que promueve al equipo pero que de futbol e historia americanista no tiene ni idea (y de conducción o locución ¡menos!) se dedican la hora completa que dura el martirio a alabar, alabar, alabar y alabar a las Águilas y a su 'maravillosa directiva' y jamás a hablar con la verdad, a ser objetivos y a cuestionar lo que toda la gente menos ellos ven, debería Bauer preocuparse y hablar muy seriamente con su empleado, (su entrenador), y hacerle ver que una goliza en contra el Guadalajara podría traer graves consecuencias para todos y sería algo que la afición americanista no está dispuesta a tolerar más… y lo lamentable, es que el riesgo existe, está latente, porque el ‘Topo’, el ‘Jagger’ y el ‘Woody’ serán quiénes trataran de contener al ‘Chicharito’ y compañía.

¡Que Dios nos agarre confesados!
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martes, 16 de marzo de 2010

Beenhakker y la verdad 15 años después.

Tuvieron que pasar quince años para que todos los americanistas y los no americanistas supiéramos en realidad que había pasado aquel 5 de Abril de 1995, después del partido en que América enfrentó al Puebla en el estadio Cuauhtémoc y empató a un tanto.

Recordamos que con ese empate, las Águilas lograron matemáticamente la clasificación a la liguilla del torneo de Liga 94-95, en la jornada 33, cinco fechas antes de concluir las 38 reglamentarias.

Esa noche el cuadro comandado por el holandés Leo Beenhakker, que por cierto, robaba en la Liga, iba en primer lugar general alineó a Adrián Chávez; Juan “Che Che” Hernández, Raúl “Potro” Gutiérrez, Rafael Bautista (Germán Villa), Branco (Paco Uribe); Raúl Rodrigo Lara, Luis Felipe “Halconcito” Peña, Joaquín del Olmo; Cuauhtémoc Blanco, Omam Biyik y Luis García.

El “Jaibo” del Olmo fue expulsado y el tanto americanista lo anotó Biyik. Todo hubiera quedado como anécdota, a no ser porque unos días antes del juego, el Presidente Americanista Emilio Díez Barroso citó en su oficina al técnico Beenhakker y le dijo que no quería que alineara a Del Olmo por algún problema económico que el jugador nativo de Tampico tenía con el club.

El América acababa además de contratar a tres los peores futbolistas extranjeros que se les recuerde, el chileno Eduardo Soto, el brasileño Branco y el camerunés Jean Claude Pagal. Beenhakker además, recibió la solicitud del Presidente de alinear a ellos más seguido, ya que no lo hacían frecuentemente y si no lo hacían era porque eran verdaderamente unos petardos.

De los tres, no se hacía uno, pésimos, unos verdaderos troncos.

Entonces Beenhakker se negó, le dijo a Diez Barroso que él ponía las alineaciones y al siguiente partido, que era ese contra el Puebla, alineó a Del Olmo, que para la mala fortuna, recibió tarjeta roja.

A la mañana siguiente, Leo recibió la visita de Giuseppe Rubolotta, vicepresidente Americanista para informarle que estaba fuera del equipo por desobedecer a Diez Barroso.

Esa fue la historia real de lo que pasó y a todo México dejó con los ojos cuadrados, al enterarse que habían corrido a Beenhakker del América, equipo que iba en primer lugar general y con paso firme al título.

Fue el mismo Leo quién lo afirmo en una entrevista que Cuauhtémoc Blanco le hizo la noche de anoche en su programa “La hora de Cuauhtémoc” en la cadena Fox Sports y teniendo como testigos de la misma a Joaquín del Olmo, Luis Roberto Alves “Zaguinho” y Gustavo Mendoza.

Así es como, quince años después, se destapa la cloaca y sabemos exactamente qué fue lo que pasó. Increíble que por un capricho del Presidente, el América haya dejado de ganar un título más, que parecía que nadie se lo quitaba.
Y como en el futbol, como en la vida, todo se regresa, al año entrante, Diez Barroso pagó cara su osadía ya que en 1996 Don Emilio Azcárraga Milmo lo destituyó como Presidente Americanista.

No cabe duda, todo se paga en esta vida, tarde o temprano.

Aquí está el video de la entrevista.