viernes, 29 de octubre de 2010

Azcárraga: tristes declaraciones.

Para que un equipo camine, como en todo en la vida, se necesita empezar porque la cabeza de éste sea la indicada para comendarlo.

Emilio Azcárraga Jean tuvo la suerte y la fortuna de heredar de su señor padre un equipo de futbol que con esfuerzo, dedicación, trabajo, pasión y profesionalismo, había convertido en poco tiempo, de un conjunto mediocre y del montón a un cuadro grande, de respeto, polémico pero sobre todo efectivo, rentable y espectacular: el América.

Sabido es que Don Emilio Azcárraga Milmo compró al América con el único fin de que fuera un negocio productivo, y él, sin saber nada de futbol, se rodeó de la persona que más conocimiento del balompié tenía en su momento: Don Guillermo Cañedo de la Bárcena.

En poco tiempo esta dupla de expertos en sus respectivas materias, uno negocios, el otro futbol, llevaron su nuevo producto al tope de la efectividad en todos sentidos, comercial pero sobre todo deportivo.

Al morir Azcárraga Milmo en 1997, la estafeta fue recibida por su único hijo varón, Emilio, que a pesar de que se diga por ahí que "es un apasionado y el fan número uno del América” ha dejado mucho, muchísimo que desear en su gestión como mandamás del otrora mejor equipo de México.

Azcárraga Jean lejos de intentar repetir la fórmula que le dio éxito a su padre, en lugar de nombrar a UN EXPERTO EN FUTBOL, como presidente de “su equipo”, pone a un experto… pero en mercadotecnia y ventas, que de futbol profesional no tenía la menor idea ni experiencia, por mucho que 'se haya echado sus cáscaras'.

Con ello, el dueño del América le dice a todo el mundo que lo importante es el negocio, los números, las ganancias, antes que los resultados deportivos.

Es increíble e inaceptable que si de verdad, como por ahí dicen, él es el fanático número uno del América, haga eso, y “se conforme” con ganar muchos millones a pesar de que el equipo da lástima y está a años luz de parecerse al extraordinario cuadro que algún día fue.

Recientemente ofreció una pequeña entrevista en el diario Récord, muy desafortunada por cierto.

En ella dejó al descubierto el poco conocimiento que tiene de la historia de su equipo, y de los títulos QUE MUCHO TRABAJO LE COSTARON GANAR a los jugadores, entrenadores y directiva en su momento.

En un segundo borró aquella goliza al Pinar del Río en la final de CONCACAF de 1991, con lo que se logró disputar y ganar la COPA INTERAMERICANA la noche que justo el América cumplía 75 años, el 12 de Octubre de 1991. Borró e hizo un lado los goles de Toninho y desapareció aquella bronca donde Carlos Miloc descontó a un paraguayo del Olimpia y luego lo descontaron a él… doblemente porque al día siguiente salió del América por mal ejemplo. Sí Don Emilio Azcárraga Milmo permitió que Emilio Díez Barroso corriera al “Tanque” fue porque la imagen le dio la vuelta al mundo, ya que se trataba de UNA FINAL INTERAMERICANA, que por cierto, el hoy equipo de Azcárraga Jean GANÓ.

“Lo que hay que hay que estudiar y ver, es no tanto la espectacularidad, sino el ganar. Lo que muchos nos acordamos del América de los noventa es que era muy espectacular, pero de 1989 al 2002 no se ganó ningún título, de nada” dijo Azcárraga Jean en su desafortunada entrevista.

¿Dónde deja el esfuerzo de grandes futbolistas como Alex “Gallo” García, Juan Hernández, Alfredo Tena, Guillermo Rodón, Cecilio de los Santos, Cristóbal Ortega, Gonzalo Farfán, Alejandro Domínguez, Efraín “Fany” Munguía, Toninho y Zaguinho quienes ganaron la final de Concacaf al Pinar del Río y de Eduardo dos Santos “Edú” y Jesús Eduardo Córdova que sumados a los anteriores ganaron la Copa Interamericana?

¿O qué decir de aquellos futbolistas como Oscar Ruggeri, Raúl Rodrigo Lara, Germán Martelotto, Paco Uribe y Hugo Sánchez que junto con los conocidos “Gallo” García, Juan Hernández, Rodón, Cecilio, Farfán y Zaguinho se rompieron el alma el 5 de Enero de 1993 para vencer al Alajuelense de Costa Rica y obtener el título de Concacaf de ese año?

Remató diciendo que “empatamos cero a cero (vs Guadalajara), fue un mal juego del América sin embargo llevamos mucho tiempo en el Estadio Azteca, que nadie nos gana, pero el Clásico siempre sale a ganarse”.

Queda claro que difícilmente el América cambiara.

Menos con el conformismo que el mismo dueño tiene. A no ser que ocurra un milagro y Azcárraga comprenda la importancia del caso y decida poner un poco de su parte para hacerle ver a sus “asesores” que primero está el futbol y luego el dinero, y que el futbol se gana con gente competitiva, experimentada y que vele únicamente por el buen funcionamiento del equipo y no otra clase de intereses. Mientras no haya ese tipo de directivos y entrenadores, vale más la pena acordarse del gran América que fue.


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